Ahora es el momento idóneo para implementar activos digitales
26 de mayo de 2020
La pandemia de COVID-19 ha paralizado al mundo entero de forma inesperada. Y lamentablemente, durante enero y marzo de 2020, los países no pudieron tomar las medidas adecuadas ni abordar todos los aspectos o efectos secundarios de la rápida propagación del virus, ni las consecuencias de éste a nivel económico, social, aeronáutico, logístico ni político.
Como consecuencia, el mundo ha sido testigo del cierre de casi todos los sectores empresariales debido a las regulaciones impuestas por los gobiernos. Además, los propietarios de negocios de varios sectores, incluido el sector financiero, han experimentado un enorme impacto. ¿Cuál será el resultado? Analistas económicos con experiencia en la materia pronostican una crisis económica que será peor que la de 2008.
En virtud de ello, todo el mundo se ha dado cuenta de la necesidad de adaptarse a entornos de trabajo remotos, digitales y electrónicos en todos los niveles, incluidos los financieros, las telecomunicaciones, las redes sociales, la industria alimentaria, los servicios gubernamentales y más. Las empresas minoristas de venta en línea, como Amazon, Alibaba y otras, no han podido mantener una continuidad comercial óptima debido al bloqueo físico de los canales de entrega. Por otro lado, los sectores de aviación y transporte también están paralizados debido al cierre de las fronteras entre países de todo el mundo. Los únicos negocios que han sobrevivido esta pandemia han sido aquellos que brindan y operan servicios digitales como Netflix, YouTube, Facebook y otras redes sociales.
Pero, ¿qué sucedería si esta situación persistiera por mucho tiempo? Y, ¿qué sucedería si nos enfrentáramos a otra amenaza mundial semejante en el futuro? ¿Cómo podemos estar preparados para una segunda ola de COVID-19 u otras consecuencias por causas de fuerza mayor?
Siempre y cuando podamos tener conexión al internet y poner a disposición canales de telecomunicaciones para todos los ciudadanos del mundo, la respuesta simple a todas las preguntas anteriores es comenzar a implementar una amplia gama de servicios electrónicos basados en medios digitales, incluidos entornos sin efectivo, activos digitales y servicios electrónicos de conozca a su cliente (eKYC).
Entre 2012 y 2019, el tema de los activos digitales impulsados por la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) de la cadena de bloques no recibió demasiada consideración. Sin embargo, hoy en día, la pandemia de COVID-19 provocó la necesidad de una transformación inmediata de activos en un entorno totalmente digital y remoto, no solo para pagos sin efectivo, sino también para activos gestionados de forma remota y transferencias de propiedad entre titulares actuales y futuros de activos.
Al igual que los activos, los casos de uso de dicha transformación son ilimitados, por lo que solo arrojaré luz sobre un par de ellos, entre los cuales se encuentran los procesos y documentos (activos) de eKYC, así como el proceso de transferencias de propiedad y sus certificados afines.
Las iniciativas de eKYC habían estado a la deriva por un tiempo antes de la pandemia de COVID-19, y habían sido uno de los primeros temas abordadas por legislaciones, regulaciones, estándares y tecnologías. Es importante enfatizar que se requiere el cumplimiento de las regulaciones de KYC para realizar transacciones, ya sea en un nivel mínimo, como en el caso de abrir una nueva cuenta de billetera móvil, o en un nivel detallado, como en el caso de abrir una nueva cuenta bancaria. En virtud de ello, hoy en día, ofrecer un servicio de acceso remoto que permita a los consumidores realizar procesos de registro y brindar documentos o información necesarios a través de eKYC es indispensable para todos los sectores sujetos a dichos requisitos de cumplimiento.
La prestación de eKYC requiere la colaboración con proveedores de soluciones que tengan un profundo conocimiento de las tecnologías sofisticadas de aprendizaje automático e inteligencia artificial y que permitan realizar biometría remota que establezca la identidad, la autenticidad y los niveles requeridos de autorización de los consumidores. Además, los proveedores deben tener experiencia en la recopilación de documentos auténticos requeridos, como identificaciones nacionales, pasaportes, licencias de conducir u otros documentos de respaldo de verificación de direcciones. Tales plataformas y entornos avanzados de eKYC son esenciales para prestar servicios financieros y legales necesarios de forma remota sin la necesidad de entregar de forma física información o documentos requeridos.
¡Documentos! ¿Acabo de mencionar “documentos”? Los documentos son activos que normalmente son propiedad de una persona o entidad, como constancia de identidad, o titularidad de activos como productos o bienes, incluidas las propiedades intelectuales.
Pero, ¿cómo se pueden mantener documentos y activos similares en un entorno digital que garantice su seguridad, privacidad y confidencialidad, al tiempo que permita a los titulares transferir voluntariamente la propiedad u otorgar derechos de acceso a otras partes? La respuesta es simple: tecnología de contabilidad distribuida (DLT, por sus siglas en inglés).
Al desarrolla una DLT basada en la cadena de bloques a nivel nacional o mundial para diversas categorías y tipos de activos, podemos construir fácilmente soluciones de administración de activos y eKYC totalmente digitales y de acceso remoto que faciliten un entorno remoto de servicios empresariales y gubernamentales.
En la actualidad, los expertos tienen un profundo conocimiento de las tecnologías detrás de la cadena de bloques y DLT tanto para el trámite de transacciones en línea (OLTP) como para los sistemas de archivos interplanetarios (IPFS), los cuales pueden ofrecer los medios para avanzar hacia un entorno de activos totalmente remoto y digital que no esté limitado por fronteras o interacciones físicas.
Como tal, en este documento, propongo el desarrollo de un conjunto de redes autorizadas a nivel nacional de DLT que estén basadas en la cadena de bloques. Además, deben ser interoperables, estar conectadas al internet a nivel mundial, a las que puedan acceder todos los países del mundo y deben estar impulsada por los usuarios según sus propias necesidades.
A mi modo de ver, ahora es el momento idóneo para implementar activos digitales.